Todos, o muchos, tenemos al menos dos familias, las de origen, nuestros padres y sus parientes, y aquella o aquellas que formamos con nuestras parejas e hijos. Hace tiempo que sostengo que con el pueblo de uno sucede lo mismo, soy aragonés por nacimiento, caspolino por crianza y “lloretenc”, y catalán, por amor. Me creo, desde esas posiciones con absoluta legitimidad para llamar mi pueblo a Lloret de Mar y a Cataluña mi país (que no mi patria), los amo sinceramente, los matrimonios de conveniencia me parecen tan, o más, legítimos que los demás, pero no es mi caso, yo no emigré a Lloret por necesidades económicas, más bien me complicó las cosas al principio, vine porque me gusta el sitio, el ambiente y sus gentes, autóctonas e importadas, me siento en mi casa, en la que yo he escogido libremente y por gusto, nunca seré catalán, soy aragonés hasta la médula, pero me he casado con esta tierra libremente y es aquí donde he echado mis raíces así que espero ser un ciudadano responsable de esta mi querida casa.
Por todo lo anterior se me produce una gran indignación cuando veo al alcalde de mi pueblo hablando en una tertulia de “la voz de su amo”, “Canal Catalá La Selva” quiero decir, en el que el mensaje unívoco y sin disensiones de ningún tipo es el de que que ahora en la campaña electoral no hay que distraer al electorado con argumentos relacionados con la corrupción sino ofrecer soluciones y que claro los otros, se supone que la izquierda, van, a falta de otros argumentos, a cargar contra CiU con los consabidos asuntos del Palau y de Pretoria etc.
Me parece de una desfachatez bochornosa, la corrupción es el peor cáncer de nuestra sociedad, tanto en las administraciones locales como en las plurinacionales, en última instancia la crisis que padecemos y que va para largo, puede ser entendida como un inmenso caso de corrupción generalizada y de estafa masiva a los ciudadanos por parte de los bancos y con la connivencia de los políticos que lo han permitido y auspiciado, la jugada ha sido brillante, no sólo se han quedado con las perras, pocas, de muchísima gente, sino que, además pretenden que sean los más desfavorecidos quienes paguen este desaguisado.
La corrupción no conoce de ideologías, se produce en las estructuras de poder porque las personas que están en las mismas están atravesadas por la pulsión de muerte y ésta siempre acaba abriéndose camino, en otro escrito de este blog hablaba de lo mismo. Eso sí, para que aparezcan casos de corrupción en un partido, o coalición, hace falta que ese toque poder.
En estos momentos en mi pueblo, para que ir más lejos, tenemos el escandaloso, y si no al tiempo, caso de Can Juncadella y los menores pero comentados de las licencias de apertura de algunos discobares en el paseo de Camprodón y Arrieta, prohibidos para otros ciudadanos pero no así para afectos al régimen (CiU para el caso). Hay más, tras las mentiras hipócritas sobre la ecología y el medio ambiente en el paseo están los intereses del nuevo casino y por eso, que no por la conveniencia de los ciudadanos, se ha derivado y colapsado el tráfico por la carretera de Tossa.
Sres. de CiU, por favor, ahórrenme sus milongas acerca del amor a su pueblo, su tierra, su país, no se cuida, se conserva para nuestros hijos y se respetan nuestras tradiciones, mi pueblo y mi país, dando patente de corso a mafiosos, por mucha panoja que pongan encima, o debajo, de la mesa, para que se carguen una zona de incalculable valor ecológico como Can Juncadella y así sucesivamente.
No vengan a vender eficacia contra la crisis cuando han sido ustedes y otros como ustedes los culpables de la misma y a decir, con un morro que se lo pisan, que con la corrupción “pelillos a la mar” lo que se ha lanzado a la mar han sido muchas toneladas de arena en la cala aledaña a Can Juncadella para que en lugar de rocas, que era su substrato natural, el cacique de turno tuviera su playita particular a la puerta de casa.
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Blog de Arturo Alcaine 